
¿CÓMO ENTRAMOS A LA FIESTA? por Hno. Edgar Dieguez de Santa Anna, California
¿QUÉ IMPLICA IR A LAS BODAS DEL CORDERO?
INTRODUCCION:
Implica una vestidura que la Iglesia trae puesta para recibir al Amado: Fe, amor y esperanza, son las vestiduras íntimas de la desposada, que en esta primera enseñanza recibimos al llegar a la iglesia de Santiago Atitlán, Guatemala, como una preparación que El Señor nos concedió a nosotras, para entrar a este retiro dirigido a las siervas de Dios, y aceptar esta invitación para dejarnos vestir por el Espíritu Santo.
Aunque esta enseñanza no forma parte de las predicaciones expuestas en el Retiro de Damas Jesús, Hermoso eres. Hace énfasis en la actitud que debemos tomar para poder estar en la mesa del Señor y sobre todo, prepararnos para ser la esposa del Cordero.
La costumbre en los tiempos bíblicos en una boda, era que el invitado se dejara vestir por los siervos. Actualmente la Iglesia del Señor está siendo vestida con un ropaje íntimo y un ropaje de gloria, y Dios está utilizando ministros para vestirla.
El ropaje íntimo de la iglesia empieza con la Fe. Es lo primero que tiene la iglesia. Por eso es que sin fe es imposible agradar a Dios. Es lo que nos hace adquirir las cosas celestes. La Fe nos ayuda a que no nos estorbe lo que pasa a nuestro alrededor.
El Amor nos va a dar la capacidad para soportar todo, y por amor vamos a ver la gloria de Dios. El amor es tomar una actitud ante las ofensas. El que tiene amor ve en las pruebas la Gloria de Dios.
La Esperanza es otra vestidura íntima. La esperanza nos hace estar firmes. El creyente que tiene esperanza no retrocede sino que se mantiene viendo el blanco perfecto. Tenemos una esperanza que no avergüenza. Hasta cuando el hombre peca y cae, necesita la esperanza para poder levantarse. La esperanza es algo que no avergüenza, es algo que nos fortalece.
A manera de conclusión
En la vestidura interna nadie sabe lo que usted lleva por dentro, sólo El Señor. Como siervas de Dios, tenemos mucho que hacer en la iglesia, y necesitamos esta verdad que santificará nuestras almas.