lunes, 17 de septiembre de 2007

VE Y LLAMA A TU MARIDO


VE Y LLAMA A TU MARIDO
por Hno. Apóstol Gaspar Sapalú


El milagro que todos necesitamos es visualizar el Plan de Salvación. La salvación, no sólo se refiere a tratar con el pecado sino también con la ignorancia. Tomemos conciencia que la muerte de Jesús fue por algo, por un propósito. Y su Cristo derramó sangre, por lo menos, vamos a sudar lágrimas para alcanzar lo que Dios ha previsto para nosotras.

Para establecer una estructura que prevalezca en los vendavales se necesita construir una imagen espiritual, porque si no, cualquier viento de doctrina nos va a arrastrar. ¿Quieres conocer más? –trae a tu marido-. Hay muchas mujeres que son sólo trapos, otras son sólo carne. -Ve y llama a tu marido- significa tener cabeza, es decir, tener un principio para poder edificar, para poder ir y venir.



El mensaje en esta predicación se centró en:
¿Cómo hacer con las mujeres para quitarles el sentimiento de amor, si ya están heridas?. Hay muchos puntos que tratar y que están representados en cada uno de los maridos de la mujer samaritana; áreas en la vida de la mujer que han sido afectadas, y todo por querer saciarse con la palabra de su marido y ganar de esta manera su amor.

Agua se interpreta: otro lenguaje. La voz de Dios no es la voz del hombre, es una voz diferente, con una vida y proyección diferente. La samaritana tuvo la Voz de Dios.

La mujer lucha por ser comprendida, por ser amada por su marido y no lo logra ¿por qué? Porque no ha cambiado su voz. Ana gemía con el alma amargada pidiendo un hijo, y no lo consiguió hasta que cambió su manera de orar. Entonces, mandaron al despachador cuando supo comportarse como una mujer de Dios.

¿Quieres cambiar tu voz, mujer? Rahab en un momento vio la salvación de Dios y la tomó por la fe, y formó parte de esa entidad de mujeres valientes, que tienen la capacidad de minimizar los problemas por el conocimiento que Dios ha puesto en ellas.

¡ Mujer, ya no tienes que luchar sola!. Sólo tienes que comprender el nuevo lenguaje. Cristo vino a revertir el orden: Nuestras raíces están en los cielos, nuestro alimento proviene de arriba y por eso vamos a poder amar sin esperar ser amadas. Y con esa voz espiritual Dios va a crear en cada mujer, una personalidad perfecta. Una nueva personalidad que ya no va ser afectada por los padecimientos.

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